Sientes que no llegas a 'todo'.
Tu tiempo está consumido por responsabilidades.
Tu mente está en mil cosas a la vez.
No tienes tiempo para ti.
Te cuesta mantener la concentración en lo importante.
Te distraes fácilmente y se te acumula el trabajo importante.
Planificas con ilusión pero no cumples con lo que te propones.
No sabes cómo sacar partido a tu agenda o calendario.
Dices sí a más compromisos de los que puedes manejar.
Terminas la semana con la sensación de no haberla aprovechado.
Existen cuatro fantasías comunes que puede que estés persiguiendo...
👉🏼La fantasía de tener todo bajo control: sin tareas pendientes ni responsabilidades sin resolver.
👉🏼La fantasía de descubrir el sistema de organización ideal, con el que todos los obstáculos quedarán resueltos.
👉🏼La fantasía de ser súper productiva, y llegar a TODO en las 24h del día.
👉🏼La fantasía de descubrir la última táctica de productividad, que te llevará a hacer (por fin) las paces con tu tiempo.
Yo fui presa de estas fantasías y tuve que soltarlas para ganar paz mental.
No se trata de ganar horas al día, aprender nuevas técnicas de productividad para hacer más en menos tiempo, ni hacer todos los checks en tu lista de tareas. Estas ideas, lejos de traerte paz, solo te llevan a acumular más frustración.